El TDAH es un trastorno de origen biológico, con alta frecuencia en la población infantil y adolescente, que afecta negativamente al nivel de atención, actividad motora e impulsividad.
Los síntomas comienzan a observarse antes de los 7 años, repercutiendo, no solo en el rendimiento escolar del niño, sino también en su desarrollo emocional y social.
Podemos distinguir tres subtipos del trastorno: tipo desatento, tipo hiperactivo/impulsivo y el tipo combinado (desatención, hiperactividad e impulsividad).
El primer paso para un buen manejo del trastorno pasa por un diagnóstico correcto, de manos de un especialista. Conlleva la realización de una valoración exhaustiva mediante pruebas estandarizadas acompañado de diversas entrevistas y cuestionarios que permitan la obtención de la máxima información relevante, tanto en el ámbito escolar como familiar.
En cuanto al tratamiento psicoterapéutico del TDAH, es tan importante el trabajo de los síntomas propios del trastorno, como los que pueden aparecer asociados al mismo, como problemas de conducta, emocionales y sociales.
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